ECG

8 pasos para interpretar un ECG de 12 derivaciones

Si eres personal de salud, éste artículo te puede interesar. La lectura e interpretación de un electrocardiograma puede ser un tanto complicado cuando no estamos continuamente interactuando con uno. En situaciones de emergencia, tanto dentro como fuera del hospital, el saber interpretar un ECG es crucial, ya que de ello depende la pronta y adecuada atención al paciente. En este artículo se muestra 8 pasos muy sencillos para poder leer e interpretar un ECG de 12 derivaciones, te servirá para usarlo en la sala de emergencias y/o en la ambulancia.

Independientemente de la experiencia que tengas, el éxito esta en realizar la lectura del ECG mediante un proceso sistemático, a pesar de que muchos ritmos se pueden reconocer fácilmente por sus patrones, pueden existir variaciones y pueden resultar confusos si no se analizan lógicamente. El uso de un proceso sistemático también te ayudará a explicar a otros como llegaste a la conclusión y por consiguiente al tratamiento. La interpretación de un ECG no debe ser memorístico, sino lógico, es por eso que crear un flujo mental de lectura, te ayudará a procesar la información más rápido y de esa manera te dará más confianza en su interpretación.

Los 8 pasos para interpretar un ECG de 12 derivaciones son los siguientes:

  1. Determinar la frecuencia cardíaca
  2. Determinar la regularidad del ritmo
  3. Identificar y analizar las ondas P, P’, F o f
  4. Determinar los intervalos PR o RP’ y la frecuencia de conducción AV
  5. Identificar y analizar los complejos QRS
  6. Determinar el lugar de origen de la arritmia
  7. Identificar la arritmia
  8. Evaluar la relevancia clínica de la arritmia

#1. Determinar la frecuencia cardíaca

Frecuencia y ritmo no siempre es lo mismo. La frecuencia cardíaca, llamada también frecuencia del pulso, es el número de contracciones musculares que provocan un pulso detectable. En algunos casos, los impulsos eléctricos que aparecen en forma de ondas en el ECG quizás no generen un pulso detectable. El ritmo cardíaco son el conjunto de formas de onda que se muestra en la pantalla de monitor cardiaco o en el papel milimetrado y pueden dividirse en ritmos regulares o ritmos irregulares.

La onda P se asocia con la contracción auricular, y el complejo QRS se asocia con la contracción ventricular en circunstancias normales. Por este motivo, un ritmo del ECG tendrá una frecuencia auricular y otra ventricular. Si cada onda P se sigue de un complejo QRS, las dos frecuencias serán iguales. Sin embargo, hay ritmos que carecen de ondas P, y otros en los que la onda P no se sigue de un complejo QRS. En esos casos habrá que calcular la frecuencia auricular y ventricular por separado.

Para calcular la frecuencia cardiaca existen varios métodos, pero en este artículo vamos a revisar los más utilizados, tanto para ritmos regulares y ritmos irregulares.

Método de los 6 segundos

Puede usarse cuando el ritmo es irregular o regular. El inconveniente es que es el menos preciso. A pesar de todo, la frecuencia calculada con este método se aproxima en gran medida a la real.

La parte superior o inferior de la mayoría de los papeles de ECG está marcada con líneas verticales cortas que dividen la tira en intervalos de 3 segundos. Cuando el papel corre a una velocidad estándar de 25 mm/s, la distancia entre cada tres líneas es igual a un intervalo de 6 segundos. La frecuencia se calcula determinando el número de complejos QRS del intervalo y multiplicando ese número por 10. El resultado es la frecuencia en latidos por minuto. Si hay extrasístoles en el intervalo de 6 s, deben incluirse en el recuento de complejos QRS.

Figura 1. Metodo de los 6 segundos
Figura 1. Metodo de los 6 segundos

Regla de los 300

Será precisa para determinar la frecuencia solo si el ritmo es regular. La frecuencia se calcula dividiendo 300 por el número de cuadrados rojos grandes entre complejos QRS consecutivos. En vez de realizar el cálculo, se asigna un número a cada cuadrado. Estos cuadrados se numeran como sigue: 300, 150, 100, 75, 60, 50, 43, 38, 33 y 30. Hay que memorizar esta secuencia y, en caso necesario, escribir los números en un trozo de papel milimetrado. Si el complejo QRS cae entre las líneas oscuras de los cuadrados grandes, se estima la frecuencia según la línea oscura más próxima al complejo QRS.

Figura 2. Metodo de los 300
Figura 2. Metodo de los 300

La frecuencia por minuto se determina como sigue:

  1. Se selecciona una onda R alineada con una línea vertical oscura. Se marcará como «A».
  2. El 300 se coloca encima de la siguiente línea oscura a la derecha de A. Se hace lo mismo para los demás números en la progresión señalada anteriormente, encima de las líneas oscuras a la derecha.
  3. Se identifica la primera onda R a la derecha de la onda «A», y se marca como «B». Si la onda B cae en una de las líneas verticales oscuras, la frecuencia corresponde al número situado encima de ella.
  4. Si B no cae exactamente en una línea vertical oscura, se estima la frecuencia comprobando la distancia de B a la línea oscura más próxima. Esta marca indica los latidos por minuto estimados.

#2. Determinar la regularidad del ritmo

Se puede determinar la regularidad del ritmo comparando los intervalos R-R. La forma más sencilla de determinar la regularidad es calcular primero la duración de uno de los intervalos R-R. Se elige un intervalo del lado derecho de la tira de ECG, y se compara con los intervalos R-R del resto de la tira, desplazándose de izquierda a derecha.

Al realizar este método, se clasifica al ritmo como regular o irreglular. Se considera que un ritmo regular es aquel la diferencia entre los intervalos R-R es inferior a 0,08 segundos (dos cuadrados pequeños), por el contrario, se considera irregular cuando la diferencia de los intervalos R-R es superior 0,08 segundos (más de dos cuadrados pequeños).

Figura 3. Determinación de la regularidad
Figura 3. Determinación de la regularidad

#3. Identificar y analizar las ondas P, P’, F o f

Una onda P normal es una onda positiva, suavemente redondeada en la derivación II, la onda P grafica la despolarización auricular. Tiene 0,5-2,5 mm de altura y 0,1 segundo o menos de ancho. Aparece típicamente antes de cada complejo QRS. En trastornos como el bloqueo auriculoventricular (AV), sin embargo, puede aparecer sola, sin un complejo QRS posterior. La onda P normal debe ser positiva en todas las derivaciones, excepto en aVR. Una onda P anómala es la que se diferencia en una o todas las características normales reseñadas. A diferencia de la onda P normal, una P anómala puede presentarse después del complejo QRS o estar enterrada (escondida) en él.

Figura 4. Ondas P normales.
Figura 4. Ondas P normales.

 

Figura 5. Ondas P anormales.
Figura 5. Ondas P anormales.

Si no hay ondas P, se determina si existen ondas de aleteo auricular (F) o de fibrilación auricular (f). Las ondas de aleteo auricular, o F, son típicamente ondas positivas en forma de dientes de sierra en la derivación II. La frecuencia de las ondas F suele ser de 240 a 360/min. Su ritmo es típicamente regular. Los complejos QRS aparecen por lo general regularmente, después de cada dos o cuatro ondas F, pero pueden ser irregulares con distintas proporciones entre ondas F y complejos QRS si hay un bloqueo AV variable.

Las ondas de fibrilación auricular, ondas f, se caracterizan por ser de forma irregular y caóticas, cada una de ellas de distinta configuración y amplitud que el resto. Si las ondas f tienen menos de 1 mm de altura, se llaman ondas de fibrilación finas; si son mayores de 1 mm de altura, se denominan ondas de fibrilación gruesas.

Figura 6. Ondas F y f.
Figura 6. Ondas F y f.

#4. Determinar los intervalos PR o RP’ y la frecuencia de conducción AV

Un intervalo PR normal dura de 0,12 a 0,2 segundos. Un intervalo situado dentro de esta horquilla indica que el impulso eléctrico causante de la onda P se originó en el nódulo SA o en la parte superior o media de las aurículas. También indica conducción normal a través del nódulo AV y el haz de His. Cuando la frecuencia cardíaca es alta, el intervalo PR es más corto que cuando es baja. No obstante, se mantendrá dentro de los límites normales a menos que exista una conducción anómala o la onda P no se originara en el nódulo SA.

Figura 7. Intervalos PR normales.
Figura 7. Intervalos PR normales.

Bloqueos aurículo-ventriculares (AV)

Cuando existen anomalías en el intervalo PR, se considera que existe un bloqueo en la conducción AV, lo que genera un patrón característico dependiendo el grado, por lo que se le ha clasificado de la siguiente como:

  • Bloqueo AV de 1º Grado. Aquel que tiene todos sus intervalos PR iguales, pero miden más de 0,2 segundos.
  • Bloqueo AV de 2º Grado. Este tipo de bloqueo se subdivide en dos categorías:
    • Mobitz 1 o Wenckebach, aquel que la medida del intervalo PR se va alargando progresivamente hasta que no conduce a un QRS.
    • Mobitz 2, aquel que la medida del intervalo PR se mantiene igual, pero en algún momento uno no conduce a un QRS
  • Bloqueo AV de 3º Grado. También conocido como disociación AV, en el cual ninguna onda P conduce a un QRS, por lo tanto no hay un PR detectable.
Figura 8. Intervalos PR anormales.
Figura 8. Intervalos PR anormales.

#5. Identificar y analizar los complejos QRS

En este paso se analizan los complejos QRS mediante los siguientes puntos:

  1. Identificar los complejos QRS.
  2. Observar la duración de los complejos QRS. Puede ser normal (0,12 s o menos) o prolongada (más de 0,12 s).
  3. Observar la forma de los complejos QRS. La forma será normal si la conducción tiene lugar a lo largo de la vía normal de unión AV y haz de His. La forma será anómala si hay alteraciones en la vía de conducción.
  4. Comparar los complejos QRS para determinar si todos ellos son iguales en duración y forma o si uno o más de ellos se diferencian del resto.
  5. Determinar si hay una P o P’ asociada al QRS.

Un complejo QRS normal, con 0,12 segundos o menos de ancho, indica que el impulso eléctrico progresó normalmente a través de los ventrículos.

Figura 9. Identificación de los complejos QRS. QRS Normal
Figura 9. Identificación de los complejos QRS. QRS Normal

Los complejos QRS anormalmente prolongados y/o conformados tienen lugar en los siguientes ritmos: Complejo ectópico o de escape y ritmos originados en los ventrículos, bloqueo de rama, defecto de la conducción intraventricular (DCIV), conducción ventricular aberrante (aberrancia), preexcitación ventricular.

#6. Determinar el lugar de origen de la arritmia

El lugar de origen del ritmo se determina analizando las ondas P, los complejos QRS y la relación entre ambos. El objetivo es determinar el origen de la descarga eléctrica que generó el ritmo, porque eso suele definir el ritmo. La despolarización ventricular provoca complejos QRS y causa contracciones ventriculares en la mayoría de los casos. Por tanto, a la hora de determinar el origen de un ritmo, nos concentraremos en los impulsos eléctricos que generan complejos QRS.

Si el complejo QRS tiene una duración menor que 0,1 segundo y su aspecto es normal, el impulso eléctrico se originó con más probabilidad en la unión AV o la aurícula. Si el complejo QRS tiene una duración entre 0,1 y 0,12 segundos y su forma es abigarrada, el impulso eléctrico puede haberse originado en la unión AV o en la parte proximal de un bloqueo de rama en los ventrículos cerca del haz de His. Si el QRS tiene una duración mayor que 0,12 segundos y su aspecto es abigarrado, el impulso eléctrico puede haberse originado en la unión AV o en la parte distal de un bloqueo de rama, la red de Purkinje o el miocardio ventricular.

#7. Identificar la arritmia

Una vez completados los pasos, se cuenta con la información necesaria para interpretar el ritmo. La mayoría de los ritmos poseen características exclusivas que los identifican claramente. Sin embargo, en algunos casos, la interpretación se basa en una lista de ritmos más probables. Descubrir cuál es el ritmo presente en realidad supone tener experiencia clínica con las características que diferencian un ritmo de otro. Además, la lista de todos los ritmos posibles que deben plantearse para llegar al diagnóstico correcto se conoce como diagnóstico diferencial.

Con el fin de obtener una impresión clínica completa también hay que tener en cuenta qué ritmos son más frecuentes que otros. Por lo que, en un área de emergencia los ritmos que más frecuentemente van a causar sintomatología en un paciente son las bradicardias, bloqueos AV, taquicardias y Síndrome Coronario Agudo. Usando este método, se puede obtener un diagnóstico de emergencia y dar un tratamiento inmediato.

#8. Evaluar la relevancia clínica de la arritmia

Una vez interpretado el ritmo, hay que determinar su relevancia clínica. La interpretación del ritmo se concentra en la actividad eléctrica del corazón, y la relevancia clínica se ocupa de las consecuencias fisiológicas del ritmo sobre la capacidad de latir del corazón. Algunos ritmos reducen significativamente la capacidad del corazón de contraerse eficientemente. Además, ciertos ritmos constituyen signos de alerta clínicamente importantes de un problema secundario a distintas causas, por ejemplo:

  • Flujo sanguíneo del organismo reducido y shock.
  • Efectos perjudiciales de medicamentos.
  • Desequilibrio electrolítico.

Referencias

  • Wesley, K. (2017). Huszar. Interpretación del ECG: monitorización y 12 derivaciones. Barcelona, España: ELSEVIER.
  • Mastenbjörk M.D., M. ; Creations, Medical; Meloni M.D., S.; Mastenbjörk M.D., M.. EKG/ECG Interpretation: Everything you Need to Know about the 12 – Lead ECG/EKG Interpretation and How to Diagnose and Treat Arrhythmias (p. 25). Medical Creations. Kindle Edition.
  • Arritmias. Bogota, Colombia: P.L.A. Export Editores Ltda.
  • Lama, A. (2004 ). Einthoven. El hombre y su invento. Revista Médica de Chile.
  • Acierno, L. (1994). The History of Cardiology. Ediciones Roche.

 

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